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La Ley Disciplinaria en vigor trata de proporcionar los instrumentos que el Cuerpo de la Guardia Civil precisa para el mantenimiento de un sistema disciplinario moderno y eficaz, suprimiendo a la vez una serie de figuras jurídicas que resultan obsoletas e incompatibles con las funciones que tienen atribuidas los miembros de Guardia Civil.

Entre los aspectos más novedosos que ofrece la Ley Disciplinaria destaca la desaparición del arresto, aunque esta sanción disciplinaria sí podrá ser impuesta a los componentes de la Guardia Civil que se integren en unidades de los Ejércitos, por quedar en este caso sometidos al régimen disciplinario de las Fuerzas Armadas. Se introdujo, igualmente, en la Ley Orgánica Disciplinaria una nueva delimitación de la aplicabilidad del Código Penal Militar a dicho Instituto Armado, posteriormente completada con las disposiciones contenidas al efecto en el Código Penal Militar de 2015.

Finalmente cabe señalar toda una serie de medidas dirigidas a diseñar un procedimiento sancionador más garantista, que asegure el principio de contradicción, desterrando cualquier atisbo de indefensión. Ello se ha plasmado en la sustitución del anterior procedimiento oral para faltas leves por uno nuevo de carácter escrito, más simple que el previsto para las faltas graves y muy graves.